Cuando me postulé para trabajar en Starbucks [Planta Flexible de Kent], tenía 23 años, dos hijas y estaba casada. Un tiempo después me divorcié, y tener este empleo me hizo sentir que mis hijas podían depender de mí, y con la ayuda de Bean Stock, pude comprarnos una casa y siete años después usé mi Bean Stock de nuevo como ayuda para comprar una segunda casa. Fue increíble poder comprar no solo una, sino dos casas con un único sueldo, y estoy muy agradecida de que Starbucks me haya dado la oportunidad no solo de desarrollar mi carrera y mejorar mi situación financiera, sino también de crecer como persona.
Gabby,coordinadora de salud y seguridad medioambientales de Washington (EE. UU.)